El coste climático de desprendernos del smartphone
Expertos han evaluado los beneficios climáticos derivados de prolongar la vida útil de los teléfonos inteligentes, ordenadores portátiles, lavadoras y aspiradoras que hay en Europa.
El estudio afirma que extender la vida útil de las existencias de la UE de estos productos en cinco años ahorraría casi 10 millones de toneladas de emisiones (CO2eq) anualmente para 2030. Esto es equivalente a sacar 5 millones de automóviles de las carreteras durante un año, aproximadamente el número de automóviles matriculados en Bélgica. Incluso una extensión de un año daría como resultado 4 millones de toneladas de ahorro de emisiones al año, lo que equivale a sacar todos los automóviles daneses (2 millones) de las carreteras.
Ampliar la vida útil de los teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos en solo un año ahorraría a la UE tantas emisiones de carbono como sacar 2 millones de automóviles de las carreteras anualmente.
El informe fue publicado hoy por la Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB por sus siglas en inglés) en nombre de las campañas Coolproducts y Right to Repair.
Estas altas cifras se deben a la gran cantidad de energía y recursos involucrados en la producción y distribución de nuevos productos, así como en la eliminación de los antiguos.
El impacto climático de las llamadas ‘fases de no uso’ a menudo se pasa por alto en la política de productos, y la legislación hasta ahora se ha centrado en reducir la energía necesaria para alimentarlos en lugar de en su producción. Esas emisiones continúan siendo ignoradas, a pesar de que un estudio concluyó que si se contabilizaran en bienes importados a Europa, la UE no habría logrado ninguna reducción de emisiones desde 1990.
Algunos datos
- La producción de los teléfonos inteligentes de Europa tiene el mayor impacto climático entre los productos analizados, mientras que las lavadoras encabezan las listas cuando se incluye la energía que requieren durante el uso.
- El ciclo de vida completo de los teléfonos inteligentes de Europa es responsable de 14 millones de toneladas de emisiones (CO2eq) cada año, lo que es más que el presupuesto de carbono de Letonia en 2017. Aumentar su vida útil en solo un año ahorraría más de 2 millones de toneladas de emisiones.
- La vida media de un teléfono inteligente en Europa es de tres años, con ventas anuales de casi 211 millones de unidades. Los ordenadores portátiles duran aproximadamente seis años, mientras que las lavadoras y aspiradoras 11.4 y 6.5 respectivamente.
- Ampliar la vida útil de los teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles aumentando la capacidad de reparación debe ser una prioridad, ya que las emisiones vinculadas a la fabricación son las más importantes para estos productos.
- Para las aspiradoras y las lavadoras, la creciente incorporación de procesadores, pantallas o baterías a bordo está haciendo que sus ‘fases de no uso’ sean más intensivas en carbono.
- Con muy pocas excepciones, como los productos viejos e ineficientes (por ejemplo, aspiradoras de alta potencia que ya no se permiten en el mercado), la reparación siempre es mejor que el reemplazo para todos los productos.
El derecho a reparar
El estudio coincide con el crecimiento del movimiento del Derecho a Reparar en Europa, que tiene como objetivo contrarrestar la obsolescencia programada, la práctica por la cual los productos están mal diseñados, son imposibles o demasiado costosos de reparar, y se reemplazan prematuramente.
Si bien es difícil evaluar si las empresas están acortando deliberadamente la vida útil de los productos electrónicos, la proporción de dispositivos defectuosos que son reemplazados por los consumidores aumentó de 3.5% en 2004 a 8.3% en 2012.
Recientemente, las ONG lograron impulsar una regulación a nivel de la UE destinada a extender la vida útil de un pequeño grupo de productos, incluidos televisores, neveras, lavadoras, lavavajillas y productos de iluminación. A partir de 2021, los fabricantes deberán asegurarse de que estos productos puedan desmontarse fácilmente y deberán poner a disposición de los reparadores profesionales la información sobre repuestos y reparaciones. Se espera que las nuevas normas sean adoptadas oficialmente por la Comisión Europea en septiembre u octubre de 2019.
Jean-Pierre Schweitzer, Responsable de Políticas para la Economía Circular en EEB , afirma que este estudio es una prueba más de que Europa debe abordar sus patrones de producción y consumo para cumplir con sus obligaciones climáticas, «el impacto climático de nuestra cultura de smartphones desechables es demasiado alto. No podemos permitirnos seguir reemplazándolos cada pocos años. Necesitamos productos que duren más y que puedan repararse si se rompen.»
«A medida que crece el apoyo público para productos más duraderos y la acción climática, tenemos la oportunidad de repensar radicalmente la forma en que nuestros productos están diseñados y producidos. La UE puede ser un líder en este frente, ya que ha sido pionera en algunas leyes innovadoras que obligan a los fabricantes a hacer que ciertos productos sean más fáciles de reparar.», ha manifestado también Schweitzer.
Consulta aquí el informe completo y el resumen.